Say no more & otros poemas- Martín Gala
«Mientras yo vomito caído el sol/ en la cara de los expositores smithianos»

SAY NO MORE
El silencio se repite en las escaleras,
los peldaños se juntan alcanzando el cielo
el infierno / el purgatorio
el naraka panteón de los deprimidos.
Y vuelco las manos hacia las paredes sucias de la calle Huánuco,
cruzando la San Martín que no independiza,
ahoga
cierne las glorias oxidadas de los fracasos,
el rey de los pendejos en una esquina
estafando y volviendo física la tenacidad de su voz,
dibujándose en los afiches populares para ser el más tuerto
el cristo cavernícola de las religiones plutócratas
y así volver a juntar las transgresiones de algún mal
que perdida su fuerza es popular.
El solano trae la pos verdad y no puedo subir a la línea cuatro de los celestes,
los liberales abundan con sus conceptos
y afirmaciones sobre la libertad,
la parsimonia
el cambio social
mientras yo vomito caído el sol
en la cara de los expositores smithianos.
Es dulce el Chapulín que canta en algún cuarto mugriento
se arrastra hacia mis oídos al humano que soy,
destruyo las calles y los pasos encontrados
las líneas de teléfono sin cancelar.
Los folkloristas y regionalistas se mean en
la subcultura de lo subterráneo
y grito Say No more mientras en la hoguera
hierve mi sangre escondida en los canales de la vida.
Los punks y metaleros golpean a los sátrapas
los bajan de los sillones municipales y hacen su anarquía
el ordenado mundo de los querellados
fue el elixir de la cacósmica prisión del hombre nuevo.
De pie observo todo después del mal viaje,
y grito Say No More mientras ingreso a la franquicia
más grande de esta ciudad,
estallo y vuelvo a nacer en la certeza de las intenciones aristotélicas.
Ahora que me encuentro entre líneas a solas
en la esquina de los cuatro espacios/va desbaratándose el cuerpo.
La altura / la desaparición de los años
y, en un momento caigo
dejo de ser, solo escapando del yo
convirtiéndome en un recuerdo.

LA ASAMBLEA DE DISOLUCIÓN
Cristo aparece en todos lados
en este abrazo con el camino que pierdo a las 12:30
cuando cansado regreso hacia mi muerte.
-Mientras rezo-
las plegarias que me dictan los ángeles caídos,
y el bullicio de las cadenas que atan las culpas del mundo,
cantan las alabanzas a la nada
perdida mi mirada ausenta del mundo a mi propia desolación.
-Silencio-
que todos decidiremos la disolución de esta ausencia de cuerpos
como en un principio se destruyó el no mundo y el verbo dejó de ser
mi mundo que estaba lleno de hechuras
fue vaciado por la asamblea que devora mis palabras.
-Yo soy cristo
la muerte
la vida
la resurrección del dios judío
del hades griego
la torre de babel que multiplica las lenguas-
-La asamblea calló-
dieron paso al abandono de los momentos
en una esquina quedaron todas las respuestas
una botella de ron/dos vasos de plástico
un dolor que invade todos los espacios
hasta el último verso de mis dedos.

EL LABERINTO DE LOS ANHELOS
Te despiertas al pie de la caverna,
las esquinas del estrambótico sueño atrapan los anhelos,
que alejándose del sonido/de tu voz,
se ahuyentan.
El piso siempre el piso,
sucio,
con los ruegos del último ron,
y el vómito de los desconocidos,
El laberinto de los anhelos
anhelar/helar
idos,
¿Han de vivir estos ratos errados en algún lado inversos?
Salir la mañana, la tarde,
hallado, oculto en la noche
entre los rocíos nocturnos que empañan las ventanas de los escapados del otro lado,
regresado de los suspiros que acaecen en la tragedia del tráfico hora punta.
El espejo nunca visto,
en las variaciones exactas llenas de números,
se estrellan contra mis ojos
se reflejan así mismo en las lágrimas que no caen,
que se quedan estáticas
repiten el espejo
que no es parte del cuarto, caverna hecho laberinto.
Ido/huido,
echado de la caverna
obligado al placer de ser encontrado
alcanzando por la obviedad
-la calle/los zapatos-
las líneas que cuentan los paños de las veredas
excusa de algún ingeniero hundido en su propio estiércol,
odiado por los otros callados,
que la hipocresía se encarga de denunciar.
La noche se asesina en los espejos
en los ojos compuestos de los millones de los muchos
cómplices que anhelan en las ratios del mundo
despertar en otro mundo
otros espacios
otros dioses
otros laberintos
anhelos
otras cavernas alquiladas
huidas trágicas
más que la vida del yo que es un decir perdido.
MARTIN GALA
Escritor, docente y periodista. Nació en Piura, desde niño radica en Ica. Estudió Filosofía. Ha participado en la Antología Nueva Poesía Iqueña y Antología Poética Arawiy. Es miembro fundador del C.P. Arawiy. Publicó una serie de plaquetas y concursado en el Slam de Poesía Oral. Ha participado en los festivales Poetas en la Arena, Caravana de Poesía, Enero en la Palabra, Encuentro Regional de Escritores y Artistas de Ica, Encuentro de Escritores de la región Lima Provincias, entre otros.
