Vacuidad y otros poemas, María Coll
El navegante en eterno fondeo
La espalda curvada por los años
se mantiene en equilibrio con aquellos brazos de gran bogador
que sostienen varias veces al día
una cerveza a temperatura ambiente
más que por no haber donde refrigerarla
porque le trae recuerdos de sus tierras de hielo
Dorada antes que cualquiera
como los amaneceres desde el mar en los días sin lluvia
o el marmolado de la tarde
que es más bien rosado
como su cara al escuchar algo bonito
o el tartamudeo de su voz cuando tras la tercera bolsa plástica
aparecen las fotos en blanco y negro
que cuentan la novela de su biografía
que de haberla escrito sería mi favorita
pero no escribe
conecta cables y rema
contempla , esa es su profesión
es un contemplador innato
que habla poco diciendo tanto
que nunca se esforzó en el español
porque mesa se dice de una sola manera
mientras que en finlandés tiene infinitas variantes,
cuando logro sacarle palabras
cuenta que ha navegado inmensos mares
inventa alucinantes soluciones de energía sustentable
relata poemas de sus mañanas
o de sus noches de insomnio
además de contemplador es un gran cocinero
pero no le gusta comer solo
por lo que mientras fuimos vecinos de agua
llegaba en su cascarita blanca y sonriendo como nadie decía
“María, está listo el comida, hice demasiado, ¿almuerzas conmigo?”
Entonces remamos algo descoordinados hacia Biribí,
y reímos bastante.
Cuánto me gustaría
que la distancia fuese más larga
y ese paseo infinito
Jugamos cartas y tomamos vino,
lo ayudo a ordenar un poco su casa flotante
comemos chocolate amargo,
otra vez a los cables
lo ayudo a veces
su taller es un chiquero
guarda hasta lo inservible
está prohibido botarle nada
lee unos libros muy malos
le presto Falconer
me lo devuelve con cara larga
“que libro terrible
Y español tan complicado”
“cómo iba a gustarme,
puros tragedias,
estoy viejo para eso,
gusto de historias livianas”
No tengo más para prestarle
entonces vemos películas
le gustan en blanco y negro
de paneos y silencios largos
Sobre el agua es de una agilidad alucinante
en tierra el cuerpo parece quedarle grande
llegó a Chile hace más de quince años
enamorado de los fiordos y el silencio.
No pretende volver a ninguna parte
su rostro es el más sereno que he visto jamás.
*
Lo trayectivo de bogar caminando
El tercer domingo de arrimos
cual pellejo de choclo entre la muela
distraía la poca concurrencia al subterráneo
colmamos la sala redondos
par de tres si olvido contarme
las margaritas deslumbraron,
siempre,
subí esquivando el rock argentino que apuñaló el post,
sostenía pirar
olvidando
entre la vitrina y el metal de la persiana
sin terminar de cerrar
ocasionaba el aparecer de los tobillos
entonces la materialización del tiempo dislocado
medio par que ya era menos de la mitad
tres cámaras, una apagada o vuelta hacia adentro
cual tatuaje canero anotamos dirección epistolar
avestruciarse
bonita forma de nombrar el accidente inseguro
el colectivo subirá 100 pesos en septiembre
la micro ya cuesta media luca
sobre el primero intentar poner rec a la verbalización mental
en casa
de vuelta en la dicha insomne
comienzo “a big sur y valparaíso”
aun llamándose “gttd” o “la fecha y media cara”
demasiado pronto
envió cancelado
me sorprende la mañana,
en respuesta adjunto la última versión del insomnio,
en tiempo record nos vimos las caras
la tercera no venció, fue el primer fallo
al día siguiente
pulmones de luz, primera bogada
ya la correspondencia construía montañas
17 si cuentan las posdatas
apenas desde el tercer domingo de arrimos
algunas postales y ya tres papiros…
y he pisado tierra varias veces
gozando tanto sobre-vivir las aguas
como el puerto y sus islas contiguas
aún más la punta triangular entre objetivo y subjetivo
de la visita por instante a tiempos ajenos
(…) [frente a la] transformación de lo temporal
y los chapuzones de día soleado
en “la desembocadura hacia un pretérito”.
*
Vacuidad,
es necesario el cuerpo se vacíe
drenen los espacios atiborrados
decante
vuelva a cantar
que llueva
llenar bolsas de basura
rebalsar la papelera
tres veces a la semana
cada siete años
una vez al día
es necesario el vació
pero hasta dónde
por completo
la basura ha de irse a la basura
pero basura por basura es difícil diagnosticar
el desuso
tanto un indicador
de utilidad
como acumulación
el desgaste
tanto un indicador
de uso
como de deshecho
entonces hago pilas
armo carpetas
torres inmensas
la altura puede decir
de exceso
o a su vez construir un paisaje
la altura puede decir
de estrechez
o de material excesivo
entonces hago puentes
repisas
vitrinas y altares
parecen olas
inmensas
a punto de estrellarse
e inundar la habitación
entonces ha de vaciarse
cuánto las desearía
mas no tengo branquias
entonces ha de drenar
y con ello regarse las papas
que apenas brotan hace unos días
y no ha llovido
Si no se achica
el barco naufraga
si no naufraga
entonces deriva
si es que deriva
termina por naufragar
un barco puede inundarse por dentro
por exceso de peso
o de agua filtrada
entonces ha de vaciarse
es necesario el barco se vacíe
drenen las aguas acumuladas
las olas no parezcan torres
o terminarán por hacerlo pedazos
Vacuidad, es necesario el vacío
vacío no por la nada
como espacio de re llenado
posibilidad de recipiente
caja de resonancia
hay cosas que han de eliminarse
ya sea a modo de leña
de abono
de reciclaje
o de pestilentes desechos tóxicos
la casa no ha de tener paredes
en vez de ellas biombos móviles
la casa ha de tener amplias ventanas
donde pueda verse el mar y las montañas
pero esta no es una casa
es un pequeño barco
timoneado por un gato pinto.